4.02.2008

Detrás del silencio


Detrás del silencio
Por Juan Carlos de León

A D. y F. creadores del monstruo y el ángel


La oficina del notario Arriaga se hallaba en la vieja zona industrial de la ciudad, alejada del centro; un sitio improbable para contar con un negocio de notaría, un despacho apartado entre la congregación de antiguos almacenes reconvertidos en prostíbulos y escondites de heroinómanos. En los amplios márgenes de sus calles se hacinaban esqueletos de camiones pintarrajeados con grafittis. El sol del mediodía hacía daño a los ojos. Filiberto ocultó los suyos tras unas gafas negras y comprobó una vez más que la dirección del lugar coincidía con el viejo edificio que había frente a él. Entró y tocó en una puerta de madera carcomida.

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